lunes, 2 de diciembre de 2013

La Astrología y el Cielo

Astrología y Energía
Celeste[1]

Nicholas Devore (1882-1960), quien fue presidente de la Sociedad de Nueva York para el Desarrollo Astrológico, es también autor de la célebre Enciclopedia Astrológica[2], que sin ninguna duda es el más ambicioso tratado de carácter enciclopédico y de divulgación que se haya escrito sobre la materia. En este texto el autor norteamericano define a la Astrología como la “Ciencia que trata la influencia sobre el carácter humano de las fuerzas cósmicas que emanan de los cuerpos celestes”[3] .

Desde esta definición y desde el punto de vista de la Astrología, el hombre es una conjunción de energías con identidad, que se imprimen como una impronta (a modo de marca o huella no visible a primera vista) en el momento mismo en el que nacemos. Esta conjunción de energías que somos, las recibimos de cada uno de los cuerpos celestes de nuestro sistema solar, y la recibimos de una u otra forma, dependiendo de tres variables que determinan la forma específica en que incidirá ese influjo celeste en nosotros. Esas tres variables son la fecha de nacimiento (día, mes y año), lugar de nacimiento (país, ciudad y localidad) y la hora local de nacimiento (exacta).

En función de estas variables y sobre ellas es que se levanta lo que en astrología llamamos el horóscopo, palabra que según el Diccionario de la Real Academia Española proviene del latín horoscŏpus, y este del griego ὡροσκόπος, que significa observar la hora; es decir observar el Cielo a determinada hora.

Esta definición es sumamente importante por que nos permite deslindar con los pseudos horóscopos, que supuestamente son válidos para todos los que nacen en un mismo día o bajo la influencia de un mismo signo zodiacal. Si bien los nativos de un mismo día pueden compartir algunas características por su signo solar (es decir por el lugar que ocupaba el sol en el momento en que nacieron) también es cierto que han de haber muchas diferencias debido al año y el lugar de nacimiento y, también, la diferencia de la hora de nacimiento. La ubicación de los planetas en el cielo, con relación al Zodiaco ha de variar de manera significativa y, en ocasiones, de modo radical.

Horóscopo de Albert Einstein

En resumen: la Astrología no es una superstición, tampoco es un conjunto de creencias como la definen en Wikipedia, y menos aún es el poder oculto que poseen unos hombres sospechosos a los que llamamos astrólogos. La Astrología es una ciencia conjetural, como la Medicina (anotemos que esta ciencia se desprende de la Astrología precisamente) que se sustenta sobre la base de los indicios que nos proporciona el cielo cuando lo observamos con precisión y exactitud, a través de ese fiel reflejo que es el horóscopo o figura celeste que, como ya lo señalamos, lo levantamos con la fecha (día, mes y año), la hora y el lugar en el que se verifica un nacimiento, una fundación o cualquier acontecimiento que queramos analizar.

Instrumentos del saber Astrológico

Del mismo modo como recurrimos a determinados instrumentos o técnicas de decodificación para los mensajes zaboyados y altamente estructurados, la Astrología también cuenta con una serie de instrumentos y técnicas que le sirven para observar el cielo y a partir de dicha observación interpretar los mensajes que ahí subyacen para nuestra orientación. Los instrumentos son los siguientes:

I. El zodiaco (simbolizando las casas celestes)
II. Los planetas
III. Las casas terrenas (en la tierra como en el cielo)
IV. Los aspectos (las distancias que existen entre los planetas en un determinado momento)

La combinación de estos instrumentos son los que permiten levantar la carta astral, también llamado mapa natal o radical, este último en la antigua tradición astrológica. Así un mapa natal nos indica la conjunción de energías que somos y que recibimos al momento de nacer, considerando el lugar, la fecha, el año y la hora de nacimiento. Así se configura esa fuerza celeste, esa energía cósmica que todos tenemos y cuyo descubrimiento y conocimiento es sumamente importante para responder esas infinitas, recurrentes e ineludibles preguntas que se plantea Denis Diderot a través de su personaje Santiago el Fatalista: ¿Quiénes somos realmente? ¿De dónde venimos? y ¿Hacia dónde vamos? Es decir, para alcanzar el autoconocimiento.


[1] Este texto forma parte del libro Coaching Astral del profesor José Luis Lazarte V.
[2] La Enciclopedia Astrológica, fue publicada en su idioma origina en 1947 por Philosophical Library, Inc. y se editó en español por primera vez en 1972 por Editorial Kier la notable casa editora de argentina.
[3] DEVORE, Nicholas: Enciclopedia Astrológica. Editorial Kier. Segunda edición: Buenos Aires 1977. pp. 37