(MARTES 5/04) Ayer señalamos que además de la cuadratura analizada (Marte-Plutón), la conjunción Marte-Urano tenía otra aflicción (malestar causado por un aspecto que confronta negativamente la energía de dos o más planetas) que era la cuadratura de Plutón con Urano.
Esta Cuadratura se presenta después de 80 años. La última vez que se verificó fue en marzo 1930 y duró hasta marzo de 1935 (fechas establecidas con The Rosicrucian Ephemeris). Este aspecto, del que se posee escasa casuística, según Haydn Paul en esa ocasión “estimuló el cambio social destructivo a través de las fronteras internacionales”, son los años post crisis en los que surgen el social nacionalismo que se convertiría en la expresión fascista que todos conocemos históricamente.
A juicio del autor de El Espíritu Revolucionario. Exploración del Urano Astrológico, la crisis económica permitió que aparecieran los espacios para que crezcan los nacionalismos exacerbados y los revolucionarios, que con la energía de Plutón alimentaban la voluntad para erigir los cimientos de una nueva sociedad.
Por eso ayer nos preguntábamos si era casualidad o causalidad (reiterada y cíclica) las condiciones que precedieron a la última cuadratura de estos dos planetas con las actuales; hoy respondemos que es causalidad. Igual que hace 80 años nos encontramos en medio de una crisis económica, sólo que de mayor magnitud por la globalización. Igual que entonces, también, han surgido una serie de movimientos revolucionarios que pretenden construir una nueva sociedad: por ejemplo lo que pasa en el Norte de África con las dictaduras cuasi monárquicas que están cayendo (imaginamos que así surgieron en algún momento las monarquías), es lo que pasa con América del Sur donde países como Ecuador, Venezuela, Bolivia, sigilosamente Argentina y exitosamente Brasil, han virado hacia posiciones de izquierda o centro izquierda como es el caso de Brasil y como al parecer lo podría hacer también Perú.
Pero también es el caso de los movimientos antisistema que enfrentan hoy Venezuela, por que el verdadero revolucionario cuando está en una economía de mercado que es asimétrica e injusta, vira y lucha por conseguir una economía planificada; y cuando está en una economía planificada: cerrada, burocratizada e ineficiente, vira hacia la economía de mercado y con democracia representativa. Es decir el eterno movimiento vibratorio del péndulo en el cual nos desarrollamos y gracias al cual hemos evolucionado y hemos puesto algo de equilibrio en medio de tanta desigualdad.
Esta cuadratura también originó el desarrollo del liderazgo norteamericano en la década siguiente (con la Segunda Guerra Mundial) y al parecer, en los próximos años, estaría marcando el derrumbe político de ese liderazgo mundial que ni siquiera los propios norteamericanos creen ya tener. Claro que no se perderá con una Guerra Mundial, sino con el crecimiento económico y moral de otras naciones que se irán ganando el derecho de coordinar los intereses globales.
Qué es lo que nos espera en los años que dure esta cuadratura (exactamente hasta mayo del 2017). Sin ninguna duda el cambio del liderazgo global y la caída política de Norteamérica. El surgimiento y consolidación de propuestas políticas de centro izquierda como la brasilera o la de los países europeos que poseen una economía de mercado con un estado fuerte, sólido, con el coraje y la entereza suficientes para enfrentar el gran poder económico de las corporaciones. Este aspecto también habrá de iniciar en algunos casos, y en otros consolidará los movimientos que hoy están llevando a muchos países a redefinirse en términos de nación.
El gran riesgo es que los movimientos que vayan surgiendo a partir de justificadas y urgidas reivindicaciones, devengan en autoritarios y terminen, de nuevo, polarizando de modo pendular la realidad de cada una de las naciones en las que se verifiquen estás transformaciones.
Tratándose de dos planetas transpersonales o generacionales, con orbitas muy largas (Urano 84 años y Plutón 250 años) la observación de los efectos que ha de tener en las personas, requiere de conocer la ubicación exacta que poseían estos planetas en el momento de su nacimiento, a fin de determinar el signo y casa natales, para luego extrapolar la energía al día y año del análisis. Esta cuadratura nos incumbe más como especie que como individuos, más como filogénesis (evolución de la especie) que como ontogénesis (evolución personal), pero sin duda es muy importante saber que aspectos o ámbitos de nuestra existencia se están modificando.