A la luz de los resultados el pronóstico se verificó; pero también se corroboró lo que preferimos no señalar directamente: la evidente atomización del voto de un llamado sistema que, pese haber manejado históricamente los destinos de esta nación, ha sido absolutamente incapaz de articularse, quedando a expensas de la caracterización de personajes que al modo de verdaderos outsiders, los tratan de colocar en la primera magistratura. Esto explica, porque quien tenía la posibilidad real de enfrentar al “antisistema” (también llamado así sin justificación alguna y lo decimos por el candidato Ollanta Humala) el señor Alejandro Toledo, quedó en el cuarto lugar y porque entró al “podio celestial” el señor Pedro Pablo Kuczynski, quien será recordado por su paso fugaz, inoportuno y tardío en la política electoral de su país.
Ciertamente ningún sistema puede sobrevivir desarticulado y a espaldas del grupo social en que cree existir. No se puede pretender contar con el apoyo electoral de aquellos a quienes no se atienden sus demandas, ni se les ayuda a cubrir sus necesidades. A la luz de los resultados, queremos decir que éstos corroboran también lo que reza aquel resabio popular: “El hombre propone, Dios dispone, pero llega el diablo y todo lo descompone”